El vertedero de El Busto no comenzará a desaparecer hasta dentro de seis meses
El macrovertedero de la finca El Busto, en Santa María del Páramo, no
comenzará a desaparecer hasta dentro de seis meses, según señaló ayer
el jefe del Servicio de Medio Ambiente de la Junta, Mariano Torre. Será
entonces cuando se pongan en marcha las obras para las que Gersul
presupuestó el año pasado 11 millones de euros y cuyo Estudio de Impacto
Ambiental salió ayer a información pública.
La UTE Legio VII acometerá el sellado de las balas de basura, que
ocupan una superficie de 13,22 hectáreas, mientras que Gersul deberá
encargarse de la adecuación paisajística de la zona, según recoge el
estudio que permanecerá a exposición pública en el Ayuntamiento durante
un periodo de treinta días para que las instituciones, asociaciones o
personas interesadas puedan realizar las alegaciones que estimen
oportunas. Según el informe, el proyecto de sellado de las 475.000 balas
acopiadas se realizará en tres fases en las que en cada una de ellas se
construirán sendos vasos de 37.000, 38.441 y 38.226 metros cuadrados
respectivamene en los que se soterrará la basura acumulada. De lo que,
como se ha reseñado, se encargará la UTE Legio VII.
Posteriormente se procederá a la creación de una cubierta vegetal sobre la superficie del vertedero sellado. Cuya acción le corresponde a Gersul.
Previamente al soterramiento y sellado de los fardos de basura se realizará una desratización de todo el entorno para la eliminación de los roedores antes de la entrada del personal y las máquinas para la ejecución de la obras. También será necesario desviar y elevar una línea de media tensión eléctrica que discurre por la parte sur de la parcela.
Tras ello se procederá a excavar los nuevos vasos en los que se soterrarán las balas. La tierra vegetal resultante se acopiará en parcelas colindantes para poder utilizarla en las posteriores fases de sellado. La arcilla expandida en el fondo de los vasos, así como los diques perimetrales también a base de arcilla, junto con una lámina de bentonita, permitirán dotar al sellado de una barrera geológica artificial.
Se construirá una red para la evacuación lixiviados a base de conducciones de tuberías de polietileno que se alojará en un zanja sobre geotextil de protección y cubierta de material filtrante. En el punto más bajo de cada vaso la red será estanca y los fluidos recogidos se dirigirán a una arqueta de hormigón armado impermeabilizada donde los lixiviados se irán recogiendo y gestionando hasta su agotamiento. También se ha previsto la evacuación de los gases generados una vez enterrada la basura, que se realizará a través de chimeneas. En la restauración ambiental del terreno ocupado y su entorno se aplicarán una serie de medidas correctoras como son la creación de un suelo sobre la superficie sellada y la implantación de una nueva cubierta vegetal.
Noticia publicada en el Diario de León el 7 de marzo de 2012
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